domingo, 13 de diciembre de 2009

Carolyn McCarthy en revista del domingo

Hoy en la revista del Domingo aparece mi amiga Carolyn McCarthy, autora de varias guías Lonely Planet.

Realmente creo que para la defensa de nuestro medioambiente, nuestros paisajes y nuestro turismo, personas como Carolyn tienen un rol fundamental.

Dice varias cosas super importantes sobre nuestro turismo, Patagonia y sobre Aysén. La entrevista aquí

sábado, 12 de diciembre de 2009

Proceso de adaptación

Un mes en la Patagonia y ya tengo mi primer veredicto: Estas tierras son mucho más agrestes y frías de lo que imaginaba. Y no lo digo por un tema climático...

Claro, vivir acá es muy diferente a mis pasos anteriores como turista donde sólo me enfrentaba a un paisaje y un recepcionista de algún hostal. Y demasiado distinto a mis visitas como periodista, donde tenían que tratarme bien para que escribiera bien (el viejo truco de sobarle el lomo a la prensa).

Por ahora no hablaré de la luz perfecta y los paisajes perfectos, porque viviendo acá pasan a segundo plano (insisto: por ahora).

Primero está la sobrevivencia. Y, en mi caso, esa sobrevivencia significa adaptación.

¡A luchar por la adaptación se ha dicho!

jueves, 19 de noviembre de 2009

Vida Patagona (parte 1)

Llegué el viernes pasado a la región de Aysén y partí casi corriendo a terreno con mi socio Gabriel para trabajar en la primera licitación que nos ganamos con nuestra empresa. Anoche regresamos a Coyhaique y por fin puedo sentarme un rato a escribir y revisar mail.

Fue una semana de desconexión, perdida entre la lluvia incesante, cientos de cascadas, malos caminos y un paraíso de vegetación verde. Nos pasamos la semana arriba de un 4x4 arrendando, recopilando información, entrevistando y convenciendo gente. La idea es crear una revista y notas radiales para el territorio Chile Emprende de la Cuenca Palena Queulat, para que la gente local se convenza y se crea el cuento del turismo. ¿Y la verdad? Creo q no se equivocaron en elegirnos, porque puchas que somos engrupidos con el tema. Ahí junto a una cocina a leña y un buen mate, nos sentábamos a arreglar el mundo (en esta caso la Patagonia), a tomar retratos, sacar cuñas, obtener contactos y crear lazos. Realmente fue buenísimo!!!
A veces paraba de llover unos 5 minutos y la Carretera Austral mostraba sus paisajes. Incluso pudimos acampar en el Parque Nacional Queulat!!!

Fue una buena semana. Una verdadera transición entre mis últimas semanas de locura en Stgo y mi nueva vida patagona. Anoche ya tuve mi primera cachetada de realidad, donde me di cuenta que ya no me regreso y que debo buscarme un lugar para vivir.

La sensación es rara, pero realmente se ve prometedor.

sábado, 7 de noviembre de 2009

Hoy en Tendencias


Hoy en suplemento Tendencias de La Tercera: Chapada Dos Veadeiros
Más fotos aquí y acá

sábado, 31 de octubre de 2009

La Nueva ruta del Palena


Hoy en el suplemento Tendencias de La Tercera.
Acá otras entradas y fotos de este INCREÍBLE lugar:
Toninas
RMB
La Junta

sábado, 24 de octubre de 2009

Hoy en Tendencias

Y comenzó la temporada en la Patagonia, así que se viene mi invasión de temas en La Tercera. jejejeje.

martes, 13 de octubre de 2009

El efecto de la nieve

No importa la edad, el continente, el sexo. No importa si es la primera vez o si la conoces desde siempre. Pero algo tiene la nieve que nos vuelve como cabros chicos.

jueves, 1 de octubre de 2009

Días de pampa


Tras los pasos tehuelches
Trato de imaginar este lugar unos 10 mil años atrás, cuando los primeros pobladores -antecesores de los tehuelches o aónikenk- se paseaban por estas tierras soberanos, gallardos, gigantes, como los nombró milenios más tarde Magallanes.
Siempre he dicho que cuando uno entiende la historia de un lugar, los paisajes comienzan a cobrar más sentido. Esta vez no es diferente.
En la expedición hemos visto sus huellas, hemos analizado y hemos echado a volar la imaginación. Claramente aún queda una labor titánica para los arqueólogos, paleontólogos, antropólogos e historiadores de seguir buscando-estudiando esta zona.
En lo personal siento otro desafío: comunicar. Tratar de hacer un salto desde una ficción colegial aburrida a una realidad fascinante. ¿Cómo hacer para que el tehuelche deje de ser un nativo extinto y lejano que sólo recordamos por una PAA (o PSU para los más modernos), para cobrar vida e identidad? ¿Qué hacer para hacer sentir y soñar esta pampa? El lugar donde armaban sus campamentos, cazaban, pintaban, tallaban sus armas y sepultaban sus muertos. El lugar donde planeaban y decidían.
Mientras un par de amigos buscan sus rastros, yo escribo estas líneas en un cuaderno sentada en plena estepa. Miro a mi alrededor y no puedo parar de imaginar a estos hombres caminando, riendo y, a ratos, refunfuñando por el viento.

Más fotos en Flickr

miércoles, 23 de septiembre de 2009

De árbol en árbol en Brasil

Circuito de aventura en Chapada Dos Veadeiros www.travessia.tur.br

Macaquinho -Chapada dos veadeiros


Mientras camino a paso rápido, hago memoria del día. Me levanté sin muchas expectativas y con cero ganas de ir al sector de macaquinho (mono pequeño). Pero algo tiene Brasil, su gente y sus desayunos que logran contagiar entusiasmo hasta para subir cerros con un calor que mi termostato no tolera.

Tras un sinuoso camino mata espaldas, llegamos al punto de partida y comenzamos a caminar por un valle con paisaje de sabana, ríos y enormes formaciones rocosas que repletan en forma espectacular esta zona de cascadas, saltos de agua y ‘pozones’ para un buen chapuzón. La modalidad del día sería más menos así: caminata, un chapuzón refrescante y vuelta a la caminata. Así por varios kilómetros, hasta retornar por el mismo camino. De ida es casi todo en bajada y de regreso, obviamente, casi todo en subida.

Allá a lo lejos vemos algunas nubes, que de a poco comienzan a acercarse con ruidos amenazantes. Nos quedaríamos felices a los pies de la cascada chapoteando y bromeando en portuñol y spanglish, pero tenemos que apurar el paso porque los truenos se hacen cada vez más fuertes y el cielo muy amenazante.

El terreno podría ponerse peligroso. Así que obedecemos y comenzamos a caminar a paso rápido, con la lluvia pisándonos los talones. Una que otra gota nos cae de repente y el ruido de los truenos se hace cada vez más fuerte. Para una chilena no acostumbrada a este clima la sensación es entre ¡wow! ¡cool! ¡shit! y ganas de que se largue a llover de una vez por todas. Pero el aguacero comienza a sólo metros de subirnos a la van. Y por suerte, porque es un auténtico aguacero de aquellos, que me hacen recordar a Forrest Gump en Vietnam (cuando llovía desde arriba y desde abajo).

Rápidamente nos alejamos de Macaquinho. Y yo me voy más que satisfecha: con un buen paisaje en la memoria, buena caminata, fotos decentes y un nickname nuevo.

Macaquinho do Monte quiere regresar!!!!

Algunas fotos de Macaquinho, Valle de la Luna y Parque Nacional Chapada Dos Veadeiros (Patrimonio de la Humanidad-Unesco)

martes, 25 de agosto de 2009

Patagonia sin represas 2

El turismo dura para siempre.
Las represas pierden su vida útil en 50 años.

¿Qué eliges?

lunes, 24 de agosto de 2009

Patagonia sin represas 1

Una de las cosas que más me molesta de las represas en la Patagonia es la ignorancia de quienes las defienden.

sábado, 15 de agosto de 2009

Lota de película


(Extracto de una pelada de cable que escribí en la revista Viajes hace un año)

Su arquitectura, sus calles, su ambiente. Casi todo en Lota parece un verdadero set cinematográfico gracias a sus guiños al pasado. Si tuviéramos que escribir un guión de nuestra visita, sería más menos así.

-ESCENA EXT. CALLEJÓN.
Los autos avanzan despacio por las fuertes pendientes de esta ciudad construida entre los cerros y que postula a convertirse en Patrimonio de la Humanidad. Cada rincón parece un museo viviente, casi detenido en el tiempo. Por una parte grandes palacios, parques e iglesias que dan cuenta de la importancia económica que tuvo el carbón; por otra parte decenas de “pabellones obreros”.
Voz en off periodista: “Estar acá hacer recordar las historias de Baldomero Lillo. Los pabellones, los obreros. Y da un poco de escalofríos”.

-ESCENA EXT. MINA.
Se ve una antigua construcción de madera, donde se puede leer: “Chiflón del diablo. Visite las entrañas de la tierra”. Sale un hombre de edad mediana a recibir a los visitantes. Hombre: “Pasen por acá para darles sus cascos y comenzar la visita”.

-ESCENA INT. SALA DE IMPLEMENTOS.
Es una sala pequeña, repleta de cientos de cascos que cuelgan de la pared, todos ellos con una lámpara en la parte frontal. Entra el guía de la expedición, un hombre canoso, pequeño, de manos robustas y con una gran sonrisa en la cara.
Roberto: “Hola a todos. Yo soy Roberto Rojas, minero del carbón. Trabajé por más de 20 años en esta mina y para mí será un honor mostrarles mi trabajo”.
Visitante: “Disculpe. ¿Allá abajo hace mucho frío?”
Roberto: “No señorita, no se abrigue mucho, porque el aire es bien húmedo allá. Yo creo que le va a dar calor”.
Los mineros dan las instrucciones de rigor y todos los pasajeros se colocan los cascos y unas pesadas baterías en la cintura, que sirven para encender los focos. Luego todos comienzan a caminar hasta llegar a la entrada del túnel.
Roberto: “¡Me esperan a la entrada del ascensor!”

-ESCENA INT. ASCENSOR Y MINA.
Se ve una pequeña jaula metálica: el ascensor.
Roberto (sonriendo): “Ahora descenderemos 40 metros y tendremos que hacer varios turnos, porque sólo caben dos personas cada vez”.
Voz en off periodista: “Es mi turno. Desde la poca claridad de arriba, el ascensor comienza a bajar lentamente a una completa y aterradora oscuridad. El aire ya se empieza a sentir húmedo”.
Una vez que desciende todo el grupo, avanzan unos 100 metros. Don Roberto se detiene.
Roberto: “Por favor, les pido que apaguemos todas las lámparas”
Visitante: ¡¿Todas?!
Roberto: “Sí y por favor, les ruego que nos quedemos en absoluto silencio un minuto”.
Uno a uno los visitantes van apagando sus luces.
Voz en off periodista: “Da lo mismo que tenga los ojos abiertos o cerrados, de ambas formas todo se ve negro. Sólo escucho mi respiración y el corazón latiendo fuerte. No me gusta la oscuridad y el minuto se me hace eterno. En medio de mi ansiedad, estoy a punto de encender mi luz, pero don Roberto se adelanta y enciende su lámpara”.
Roberto: “Si el minero se quedaba sin luz, las instrucciones eran quedarse sentados y esperar a que alguien pasara, porque si uno se movía significaba perderse entre los túneles. A los novatos de 10 años se les dejaba a cargo de las puertas de ventilación con esta oscuridad y para que no salieran corriendo de miedo, los dejaban amarrados a un poste”.
Mientras el grupo comienza a avanzar, don Roberto explica que esta mina se dejó de trabajar en 1976, que las galerías penetran más de un kilómetro mar adentro y que existen otros cinco niveles. El túnel desciende lentamente y se pasa de paredes cubiertas por ladrillos, a un túnel más angosto, bajo y con vigas de madera. Todos caminan en fila india y en muchas partes deben caminar agachado.
Visitante: “Don Roberto. El tema del aire me preocupa. ¿Tienen sistemas de ventilación?”
Roberto: “No señor. Esta es una de las pocas minas del mundo con ventilación natural. El aire llega desde otras galerías y ¡a veces hasta “chifla”!. Por eso el nombre de “Chiflón”.
Un poco más adelante el guía vuelve a detenerse.
Roberto: “La minería del carbón se inicia en 1837, ahí se trabajaba con lámparas de carburo o de aceite, sin cascos y en forma artesanal, sólo se usaba picota, pala y chuzo, y los carros eran tirados por caballos. Existían dos animalitos que eran muy importantes para nosotros. ¿Saben cuáles? Hay uno que no tiene muy buena fama, los ratones. Ellos nos avisaban de sismos y derrumbes. Y el otro animal era el canario. Si se moría, significaba que había gas grisú y todos debían salir corriendo porque podía haber una explosión. Ahora se utiliza este aparatito, si la aguja está en menos del 5% estamos seguros. ¿Ven? Acá nos indica que tenemos casi un 1%”.
Visitante: “¿Estamos a salvo?”
Roberto: “Estamos a salvo”.
El aire se vuelve cada vez más húmedo y denso. Los túneles continúan estrechos y sólo en algunas partes se puede caminar erguido. Cada un tanto se escucha algún cabezazo, seguido del agradecimiento de llevar el casco. Don Roberto anima toda la visita, respondiendo preguntas, contando historias del pasado y anécdotas de cuando se filmó Subterra. Más adelante se llega a una veta de carbón, donde el minero toma una picota y enseña cómo se trabajaba.
Visitante: “¿Y trabajaban en esa posición?”
Roberto: “Así es. Casi siempre recostados o de rodillas, por eso sufríamos mucho de artrosis y deformaciones. Y ahora, para finalizar y si no es mucha la molestia, les pido que nuevamente apaguemos nuestras lámparas”.
En oscuridad absoluta, empieza a entonar el himno de los mineros, con una voz emocionada y repleta de orgullo. “Los mineros queremos honrar, al que sigue la ruda labor, de extraer bajo el fondo del mar, el carbón, el carbón, el carbón”.
Se escuchan aplausos y nuevamente todos encienden sus linternas.
Roberto: “El tiempo del carbón fue muy importante, por eso yo estoy orgulloso de mi oficio y de ahora poder mostrárselos a ustedes”.
Más aplausos y continúa la caminata. El túnel empieza a ascender lentamente.
Voz en off periodista: “Ahora ya vamos saliendo y por fin se siente que entra algo de viento”.
El minero toma un teléfono en la pared.
Don Roberto: “Estos funcionan desde 1934 y son magnetófonos. Ahora estoy llamando a la superficie. ¿Aló? Sí. Está todo en orden y ya vamos subiendo”. Corta. “Vamos muchachos, después de estos escalones volveremos a tomar aire fresquito”.

Adrenalina en el valle


La adrenalina es una hormona que surge en situaciones de riesgo provocando la dilatación de las pupilas, el aumento de la respiración y hace que el corazón lata mucho más rápido. Nosotros podemos dar fe de esos síntomas, gracias al descenso por una cascada de 70 metros colgados de un arnés.

El rappel es lejos la actividad estrella del verano. Comenzamos el viaje bien temprano en la mañana, aventurándonos por un tortuoso camino de tierra encaramados sobre motos de 4 ruedas. Después la travesía continúo a pie por un sendero entre coigües, robles y lengas, que a ratos se nos hizo bastante empinado.

A una media hora de caminata llegamos a una bifurcación. Desde aquí podíamos ir a mirar la cascada, con la consecuente posibilidad de asustarnos aún más y convertirnos en desertores, o bien seguir camino arriba y apelar al dicho ojos que no ven corazón que no siente. Decidimos la segunda opción y llegamos arriba casi sin aliento. Ni siquiera tratamos de acercarnos a la orilla para mirar hacia abajo, sólo esperamos impacientes mientras los guías armaban el encordado y verificaban cada detalle de los arnés, mosquetones y cuerdas. Para nuestro alivio nos explicaron que el equipo soporta más de una tonelada y que el sistema es 100% seguro porque utiliza cuerdas que nos sujetan desde arriba y desde abajo. Para eso desciende primero uno de ellos, él nos recibirá abajo y cualquier cosa puede frenarnos tirando nuestra cuerda.

Es nuestro turno. Con el estómago más que apretado damos el primer paso: nos acercamos a la orilla y tomamos la posición correcta dándole la espalda al vacío y poniendo los pies apoyados contra la pared. Es casi como estar sentado sobre el arnés.

La mano izquierda se sujeta en la cuerda y sirve de equilibrio. La derecha se utiliza para controlar la velocidad de descenso y el frenado. Al principio nos cuesta la técnica y los primeros pasos son torpes. Un par de metros más abajo ya no podemos ver, ni escuchar a nuestro guía que nos animaba desde arriba y se presenta el verdadero panorama: son casi 70 metros, similar a un edificio de 25 pisos, con la diferencia que acá vamos por la orilla de una cascada, nos cae agua por todas partes y no se escucha más que la fuerza de la cascada y la respiración fuerte. La concentración en realizar bien cada movimiento y las ganas de llegar pronto abajo hacen que todo el resto dé lo mismo, incluyendo el agua fría que escurre por la espalda y el cansancio que comienza a aparecer en el brazo derecho.

Según nuestros guías nos demoramos unos 15 minutos en llegar abajo. Nosotros no podríamos asegurarlo, porque allá arriba el tiempo se pierde y sólo regresamos a la realidad cuando llegamos a la meta. Ya abajo, con el agua hasta las rodillas, nos dimos cuenta de lo fría que estaba y nos apuramos en salir a la orilla para cambiarnos de ropa.

Dicen que la adrenalina también estimula al cerebro para que produzca dopamina, hormona responsable de la sensación de bienestar, por lo que provocaría adicción. Aún no podemos declararnos unos adictos, pero esta dosis nos hizo sentir como un verdadero juguete a cuerda. Como por media hora no paramos de hablar, reír, decir garabatos e incluso bajamos el cerro casi corriendo. Claro que cuando terminó el efecto, caímos agotados en una siesta que duró varias horas.



Extracto reportaje publicado en revista Viajes.
Valles las Trancas, región del Bío Bío.
Fotos de Alejandra González y uno de nuestros guías.

sábado, 1 de agosto de 2009

La Suizandina

Hoy en Tendencias, La Tercera.

martes, 28 de julio de 2009

Don volcán



Cuenta la leyenda que una tribu mapuche habitaba en las laderas del volcán Osorno. Constantemente sufrían la furia del Pillán, que se manifestaba en erupciones que arrasaban con todo lo que encontraban a su paso. La única forma de detener su furia era arrojando una rama del canelo dentro del cráter para calmar a esta deidad, pero la lava les impedía acercarse. ¿La solución? Sacrificar a Licarayen, la más hermosa y pura de las doncellas. Eso hicieron. Le arrancaron el corazón y lo pusieron en lo alto de un cerro con una rama de canelo. Entonces llegó un enorme cóndor, que comió el corazón y llevó la rama sagrada hasta el cráter. De inmediato comenzó a nevar incesantemente y empezó una lucha de años entre la lava y la nieve, formando enormes torrentes de agua que formaron el lago Llanquihue y Todos los Santos. El Pillán estaría atrapado adentro de este volcán, siempre cubierto por nieves eternas.

Acá algunas imágenes de Don Volcán:

domingo, 5 de julio de 2009

Ecología y turismo

Hablar en contra de mega proyectos como Hidroaysén o Pascua Lama es sinónimo de ser ecologista. Y en Chile ser ecologista es sinónimo de fanático antisistema y de no querer el desarrollo económico del país.

Yo no me considero ecologista, porque creo que la ecología no debe ser un fin en sí mismo, sino que debe ser un propósito PARA algo. Por ejemplo, Nueva Zelanda protege a toda costa sus paisajes y ecosistemas, porque gracias a ello viven del ecoturismo. En este caso la ecología es consecuencia de un plan de desarrollo sustentable basado en el turismo.

El turismo es uno de los sectores económicos con mayor crecimiento y perspectivas a futuro, especialmente el turismo de intereses especiales. Los gobiernos lo han alabado y defendido porque deja divisas, crea puestos de trabajos por miles y beneficia a toda la población. Es decir, le reporta ganancias desde la señora del almacén que le vende una coca cola a un turista, pasando por el señor del taxi que lo traslada, hasta el señor del hotel 5 estrellas que lo aloja.

Que a nadie le quepa duda que Chile tiene tanto o más potencial turístico que los neozelandeses, así que si lo decidiéramos el turismo podría ser nuestra principal fuente de ingresos. Ahora, esa DECISIÓN significaría proteger nuestro patrimonio natural y cultural tal como lo hacen ellos y poner en la balanza qué queremos:

¿Mega empresas que van en directo desmedro de nuestros paisajes y nuestros ecosistemas: hidroeléctricas, mineras, celulosa, salmones? Que son empresas que generan daños irreversibles, que generan mucha plata que se queda en mano de inversionistas extranjeros y con una vida útil limitada. (Los minerales no son eternos y las represas, según Endesa, tienen una vida útil de no más de 40 años).

¿O queremos aprovechar nuestro potencial turístico, terminar con la centralización (geográfica y económica) y proyectarnos a largo plazo?

Turismo y ecología tienen que ir de la mano en este país. Y eso no es ser anti desarrollo, es ser visionario.

sábado, 4 de julio de 2009

La isla misteriosa


Según los relatos de los antiguos marineros, la isla Mocha era merodeada por un gigantesco cachalote albino. Los rumores corrían entre la comunidad ballenera norteamericana de Nantucket y se decía que la ballena estaba repleta de arpones, maderas y cicatrices, provocadas por cientos de barcos que habían tratado de darle caza. Los balleneros la llamaban Mocha Dick.

Una de las historias más emblemáticas fue la del barco Essex. La tripulación trató de capturar a la ballena albina, pero ésta los embistió, el barco se fue al fondo del mar y sólo algunos lograron escapar en botes. La historia incluyó un naufragio de más de 3 meses, canibalismo y un rescate en el archipiélago Juan Fernández. El relato que parece un mito, fue absolutamente real, con material histórico de sobra para ser mencionado como el peor naufragio del siglo XIX.

Herman Melville habría escuchado este relato que lo llevó a escribir Moby Dick, el clásico de la literatura mundial.

La isla de la resurrección
Y las historias con ballenas continúan. Según las creencias de los indígenas mapuches las almas de los muertos cruzaban desde el continente sobre cuatro ballenas fantasmas y desde la isla las almas eran llevadas por un balsero hacia el occidente. De ahí se cree derivaría el nombre Mocha, ya que “Amucha” o “Amuchra” significa resurrección de almas.

Hoy los cachalotes siguen rondando isla Mocha, aunque se necesita una buena dosis de suerte para verlos. Sí es común encontrar en las casas las huellas que han dejado los varamientos, con vértebras y otros huesos usados para ornamentar.

Tesoro escondido
La imagen que la isla presenta casi todas las mañanas parece tomada de una película de piratas: una franja de tierra inmersa en la bruma y rodeada por un mar amenazante.

Para acceder sólo se puede llegar en avioneta. Son apenas 12 minutos de viaje desde la costa y que regalan un espectáculo de colores con un mar de aguas casi transparentes, eternas playas de arenas blancas y un tupido bosque de 2.182 hectáreas que es Reserva Nacional. Alrededor de esta gigante mancha de colores verdes, comienzan las tierras bajas y de color más amarillento, donde se reparten los aproximadamente 580 habitantes de la isla.

La isla era habitada por los llamados lafkenches (mapuches de la costa). Fue descubierta en 1544 por Juan Bautista Pastene y a partir de ese momento fue punto de abastecimiento para piratas y corsarios, incluido el mítico Francis Drake.

Debido al frecuente contacto entre piratas e indígenas, los nativos empezaron a verse con desconfianza entre las autoridades de la Corona Española y por eso en 1685 ordenaron desalojar. Estuvo deshabitada por 160 años, muchos especulan que fue el tiempo ideal para que se escondieran tesoros, así que de vez en cuando llegan expediciones en busca de algún botín.

Si uno visita la isla puede aventurarse a bucear, lo más probable es no encontrar ningún tesoro, pero sí toparse con alguno de los cientos de barcos que naufragaron en sus costas. Un lugar nada fácil para la navegación, por la gran cantidad de bajos que se encuentran.

De excursión

Los amantes de la pesca son los visitantes número uno del lugar, ya que pueden pescar sierras, róbalos, lenguados y corvinas. Éstas últimas con un récord de 15 kilos.

También hay varios senderos de trekking que recorren la Reserva. Una de las rutas más famosas es el sendero Laguna Hermosa que tiene 4,5 kilómetros y la mayor parte es en subida. El camino está bien demarcado, con pasarelas, escaleras y una vegetación que se hace cada vez más tupida a medida que se va subiendo.

Casi al llegar a la laguna se ven decenas de pequeñas cuevas donde nidifica la Fárdela Blanca entre octubre y diciembre. Esta ave es insigne para los birdwatchers ya que migra desde Alaska y sólo nidifica en esta isla y en Robinson Crusoe.

La laguna es pequeña, pero bien vale la pena el esfuerzo. Y para hacer honor al estatus de isla misteriosa, lo mejor es subir cuando está nublado o lloviendo, porque la niebla se filtra entre los árboles dando un paisaje que estremece.

A veces la ciudad nos da un respiro


Lunes 29 de junio. Cerro San Cristóbal. Un regalo después de la lluvia.

domingo, 7 de junio de 2009

El adiós de la "Viajes"

Hoy la revista "Viajes" cierra sus páginas. ¿Decisión apresurada? ¿Errada? ¿Una pésima señal al mercado? ¿Todas las anteriores? No quiero teorizar mucho al respecto, pero sí quiero hacer énfasis en la pérdida, no sólo como fuente laboral de todos los que escribíamos ahí, sino en la pérdida para el turismo de este país.

Turismo es estilo, cultura y patrimonio. Aunque, la visión en Chile es harto distinta, acá vemos el turismo como una actividad en el extranjero con cruceros, vida de hotel all inclusive o bien vida al estilo "wild on" con mucho carrete, minas, sol y playas. Pienso que uno de los culpables de esa mirada tan limitada y sesgada del turismo, justamente han sido nuestros propios medios de comunicación, que siempre se han preocupado de mostrar más y más cosas de lujo para vender más publicidad de lujo.

La "Viajes" también era eso, pero cumplía un rol un poco más interesante porque siempre daba hojas al turismo nacional. Y, lo mejor de todo, no sólo daba espacio a las cosas chilenas que cumplen con las descripciones anteriores, sino que también permitía publicar artículos como el que escribí hoy sobre Alto Bío Bío. Un lugar nada de lujoso, pero sí una tierra más que rica en cuanto a patrimonio cultural y natural.

La gracia de leer sobre turismo es que permite conocer, aprender, planificar y SOÑAR. Si se fijan, las revistas y secciones de turismo son uno de los pocos espacios dentro del mundo de los medios de comunicación que hablan de cosas positivas.
Por eso gustan tanto. Por eso son tan necesarios. Por eso este cierre es una gran pérdida.

domingo, 17 de mayo de 2009

Una junta en La Junta



El pueblo La Junta es el principal centro de operaciones para recorrer la Carretera Austral. Desde ahí se puede acceder a lugares tan fabulosos como Lago Verde, el Parque Nacional Queulat o seguir toda la ruta del río Palena hasta llegar a Raúl Marín Balmaceda a orillas del mar. Incluso se puede ir a estos lugares por el día y volver a dormir en la Junta, específicamente a Espacio y Tiempo, el mejor hotel de la zona y a un excelente precio.

Hacia donde se vaya y por donde se mire hay lugares para disfrutar, con decenas de lagos, ríos y senderos de caminata. La Junta está en un lugar privilegiado, de eso no cabe duda, y eso ya es una excusa más que buena para una visita. Sin embargo, me deja la impresión de que algo falta, de que algo se está desaprovechando. Y creo que el gran culpable de esa sensación es el nombre de este pueblo.

La Junta, El pueblo del encuentro. ¿Qué mejor nombre y lema para un pequeño pueblo de este país? Claramente el nombre invita y atrae, porque suena a un eterno pasarlo bien en comunidad. Es casi tan bueno como el ¡Pura Vida! de Costa Rica, pero no suena a carrete tipo spot publicitario de kem piña, sino que a un encuentro de pueblo, de esos con fiestas costumbristas, fiestas religiosas o quizás malones, bingos y corderos al palo. Me imagino algo así como La Junta, el pueblo del encuentro: fiesta costumbrista patagona todos los domingos.

Sería una excusa perfecta para visitarlo y la excusa propia que le hace falta. ¡Yo quiero una junta en La Junta!

jueves, 14 de mayo de 2009

Ouro Preto


Hace exactamente un año fui por primera vez a Brasil. ¿Playas? ¿selva? ¿carnaval? ¿garotiños mostrando sus musculiños en la areneciña? ¡NO! La revista me estaba mandando a Minas Gerais. Aterrorizada por mi profunda ignorancia rápidamente comencé a leer donde estaba y de qué se trataba este lugar que nunca había escuchado en mi vida. Ahí me enteré que estaba en el interior del país (adiós traje de baño) y que era archi famoso por sus ciudades Patrimonio de la Humanidad.

Me puse la vacuna contra la fiebre amarilla y partí cámara en mano a recorrer estas ciudades coloniales, que en su tiempo estuvieron llenas de fama y riquezas gracias al oro, diamantes y piedras preciosas.

Los primeros días de viaje no tuvieron nada que ver con la historia colonial, sino con ecoturismo, algunas haciendas, un festival de comida, museos de arte contemporáneo, obras arquitectónicas de Niemeyer, cachaça, tabaco y demasiada cerveza.

Recién el último día fuimos a Ouro Preto, una de estas famosas ciudades Patrimonio de la Humanidad. Para poder graficar lo linda que es esta ciudad, voy a confesar que en mi caso fue un verdadero levanta muerto. Lo disfruté a mil e incluso me animé a fotografiar cada rincón, a pesar de andar con la peor resaca de toda mi vida (una vil consecuencia de las infinitas saideria* tras saideira de la noche anterior).

Cuando vi esta ciudad, por fin ese título UNESCO con nombre tan solemne me hizo sentido. Calles empedradas, fachadas perfectas, bossa nova, artistas pintando al óleo, iglesias suntuosas y tiendas acogedoras. La inversión en recursos se nota que ha sido de lo más cuantiosa, pero no sólo eso, es una ciudad bien cuidada, donde se han asegurado de no poner en riesgo su integridad y su estilo (ojo con Valparaíso, su proyecto de mall, su olor a pipí y sus fachadas cayéndose a pedazos!!).

Definitivamente ha sido el mejor destino citadino en que he estado. Y creo que no podría haber tenido mejor suerte en mi primera visita a ese enorme mundo llamado Brasil.


*Así le dicen al último copete de la noche.

miércoles, 13 de mayo de 2009

Torres del Paine está de cumpleaños


Hoy en el Paine están celebrando su medio siglo de vida como Parque. Ceremonia, condecoraciones, música de Los Jaivas y van a presentar el libro que tuve el honor de escribir.
Fotos de Luis Bertea, edición de Alejandra Zúñiga (periodista de Conaf) y colaboración de unas 30 personas que pude entrevistar y molestar. ¿El resultado? Creo que logramos mostrar lo mejor de Torres del Paine: sus paisajes, su historia y su gente. Podrán verlo muy pronto en algunas librerías por unos $14.000.

Acá el adelanto de la portada

miércoles, 6 de mayo de 2009

Identidad

Al comenzar mi día frente al computador, lo primero que hice fue comentar en el blog de Paz Zárate de La Tercera. Ella hablaba de imagen país, que no nos conocemos, del ridículo lema “Chile All Ways Surprising”, entre muchas otras cosas que me parecieron muy acertadas.

La identidad es un tema que me preocupa porque mueve todo lo demás. Genera los aspectos negativos y positivos de una nación en todo ámbito, incluidos los temas medioambientales, turísticos, culturales, etc. Si no te conoces, no sabes lo que quieres. Si no sabes lo que quieres, no tienes rumbo. Sin rumbo haces puras cagadas.

En los pocos caracteres que tenía para comentar esta mañana escribí lo siguiente:
"Me gustan los países que son orgullosos de lo que tienen, defienden su cultura, su tierra, su patrimonio cultural y natural.
Chile no tiene eso. No tiene identidad, no cree, no respeta, ni cuida lo que tiene. No conoce, ni mucho menos dimensiona todas sus cualidades y riquezas.
Ojalá algún día comencemos a creernos el cuento, pero poniendo las creencias en lo nuestro. Con eso tendremos una imagen país de verdad y no la de un Chile que intenta ser una copia de otros países. Y una mala copia".

jueves, 30 de abril de 2009

Encuentro con gigantes

Foto © Boris Pfeiffer

Septiembre de 2002. Península Valdés, Argentina.

El año anterior ya habíamos estado en este lugar con mis hermanos, pero esta vez decidimos subirnos a un bote de pesca mucho más pequeño y un poco más alejados de la ruta de turismo convencional. ¿La meta? un encuentro más cercano.

Pasaron un par de minutos y ahí estaban. Una, dos, tres ballenas franca. Enormes, de 17 metros, muchísimo más grandes que nuestro barco. No son nada de peligrosas, pero sí excesivamente curiosas y sentirse tan pequeños pone nervioso a cualquiera, especialmente cuando se pasean por debajo de la embarcación.

Una saca la cabeza para observarnos y resopla con mucha fuerza. La otras dos hacen lo mismo y se sumergen mostrándonos sus enormes colas. Repiten la operación una y otra vez. Sus movimientos son muy lentos y armónicos, extremadamente fotogénicos, situación que aprovechamos haciendo buenas tomas.

A veces respiran tan cerca de nosotros que nos llega su mal aliento o nos mojan las cámaras. A ratos se pierden, pero pronto regresan, o quizás aparecen otros ejemplares que se acercan curiosos ante este animal de metal flotando en sus aguas.

Dos de ellas se ponen flotando cabeza abajo y con ¾ de cuerpo afuera. Están tan cerca que podríamos tocarlas, pero el capitán nos dice que sería una pésima idea porque son demasiado sensibles al tacto y les podría provocar un tiritón tumbándonos el barco. Mala idea!!!

En el ambiente hay asombro y respeto. El motor del barco está apagado, nosotros en profundo silencio y el mar en perfecta calma. Nada interrumpe la escena, ya ni siquiera los clics de las cámaras, porque a esas alturas no queda ningún rollo (sip, rollos: año 2002). Se quedan por lo menos 15 minutos en esa posición, hasta que se sumergen. Esperamos un buen rato, pero no aparecen por ningún lado.

“Y bueno chicos. ¿Y ése si que fue espectáculo de despedida eh?”, interrumpe el silencio el capitán. De inmediato salimos del estado atónito y comenzamos con chiflidos, garabatos, risas, abrazos, comentarios e incluso aplausos. ¡Chaoooooooooooooooooooo ballenas! Gritamos a todo pulmón mientras el barco avanza hacia la orilla.

jueves, 23 de abril de 2009

El arte de vacacionar


mmm... definitivamente tomarme vacaciones es algo muy raro, porque ser turista y pasear es mi trabajo. Así que tomarme vacaciones paseando es raro.
A veces extraño ese tiempo cuando no tenía cámara, ni vendía fotos ni textos, cuando no pensaba en el potencial turístico de un lugar, ni andaba creando proyectos. Extraño ese tiempo cuando sólo me dejaba sorprender por un lugar y lo disfrutaba para mí, sin pensar en cómo compartirlo.
Al principio estaba confundida y gruñona. Es que estaba en plena Patagonia, con los colores perfectos del otoño y yo y mi cámara impotentes: imposibilitada de poder exigir que el bus se detuviera o llegando siempre a destiempo a la buena luz para fotografiar. Horror de horrores!
Una parte de mí sigue gruñendo porque el otoño estaba ahí y no pude retratarlo como debía. Otra parte de mí está más que satisfecha, porque me obligó a observar por horas desde una ventana en movimiento y aprender a tomar fotos mentales. Siiiiiiiii... como antes!!! El viejo arte de vacacionar, observar, disfrutar y recordar.

El mejor patio trasero


He ido tres veces a Raúl Marín Balmaceda (RMB). Dos por trabajo y una por vacaciones (de colada), lo que da un total de tres visitas de placer.
A principios de febrero publiqué en la tercera un tema sobre este lugar. Originalmente lo titulé “El nuevo paraíso de la Carretera Austral”, pero lo publicaron como el “Secreto de la Carretera Austral”. Ambos me gustan, porque ambos retratan muy bien este lugar, algo así como el paraíso desconocido.
En realidad para mí RMB es sinónimo de Fundo los Leones, porque es el único sitio que está realizando turismo de verdad. El tema del turismo comenzó hace poco en el Fundo. Tienen buenas habitaciones y un paisaje increíble, pero aún faltan varias cosas por hacer. Están definiendo programas, armando rutas, generando proyectos y planeando más infraestructura. Con todo eso se convertirá en un monstruo turístico, estoy más que segura, porque lo que más le sobra a este lugar es POTENCIAL.
Es cosa de mirar el patio trasero (que en estricto rigor es el delantero). El patio del fundo es una verdadera postal: vista al fiordo pitipalena y sus cambios de marea. Nada mejor que verlo temprano en la mañana, con los nubes colándose en las faldas de los cerros, el reflejo en el agua, unas cuantas toninas mostrando sus aletas y cientos de aves haciendo algún alboroto. No me cansaría nunca de ver esa imagen.
Lo cierto es que todo RMB tiene patios traseros como éste. El Fundo los Leones ya los está mostrando, ahora falta que el resto del pueblo también se ordene, proyecte y decida por el turismo. ¿Quién sabe? quizás de aquí a 10 años esté titulando en la tercera otro tema:
RMB, el pueblo que hace furor en la Patagonia.
¿Por qué no?

Earth


Ayer fue el día de la Tierra y para celebrarlo fui a ver Earth, película de Disney + BBC en un nuevo proyecto llamado Disneynature.
A los que les gusta la naturaleza más que el cemento, a los que se emocionan cuando ven un paisaje, o los que disfrutan Discovery, Nat Geo y Animal Planet... les va a encantar.
El cine estaba bastante lleno y en toda la película escuché miles de wow, ohhhhhh!!! risas y un sincero aplauso al final. Realmente las escenas son demasiado bien logradas, es una muy buena historia y lo mejor de todo es que no tiene nada de ficticio y la protagonista absoluta es la Tierra. Aquí no hay humanos (excepto al final cuando muestran cómo filmaron), ni nombres del tipo el “ballenato josefino”. Mirad como el ballenato josefino lucha por su sobrevivencia. No hay nada de eso, es 100% realidad y esa realidad sin aditivos artificiales asombra, conmueve, engancha.
Diría que todos salimos en estado zen, con caras de relajo y sonrientes. El gran problema fue salir de la sala y recibir la cachetada de cemento.

martes, 21 de abril de 2009

New York, L.A., Bariloche y Chile

En septiembre de 1998 tuve la oportunidad de viajar gratis a gringolandia al lugar que ven en la foto. ¿Una típica calle de New York? Nones! Sí un típico set de serie gringa de los estudios de la FOX en L.A. Esa calle era realmente como estar en NY y me sentía de lo más top, pero a la vuelta había escenas como éstas que me hacían volver a la realidad:

¿Qué tiene que ver todo esto con Bariloche? Demasiado. He ido varias veces a esta ciudad argentina y siempre salgo con esa misma sensación de set de tv. Uno se pasea por una calle repleta de construcciones en madera y piedra, todo muy bien cuidado, chocolaterías, cafés, tiendas repletas de souvenir, otras repletas de ropa técnica, argentinos simpáticos ofreciéndote remeritas, chocolates y camperas de cuero, turistas felices, gente “bien” y olor a chocolate caliente. Todo coronado por (léase en argentino) las hermosas callecitas del centro cívico, con sus construcciones hechas en piedra y maderas 100% nativas de las más nativas de las nativas originales del mundo y, como si esto fuera poco, al fondo una verdadera postal con uno de los lagos más hermosos de la Patagonia y perros san bernardo que son los más gigantes de todo Sudamérica.


Pero basta “equivocarse” y caminar una cuadra de más para llegar al Bariloche de verdad. Ahí aparecen las micros, calles sucias y el argentino promedio. O basta pasearse una vez que oscurece y ver cómo aparecen los niños pidiendo, los vagabundos, las tribus urbanas y los lanzas. Nunca he entendido ese cambio tan drástico. ¿Dónde anda la gente de verdad en el resto del día?


Antes solía decir que Bariloche era una ciudad de mentira construida para el turista. Me equivoqué, en realidad Bariloche es una ciudad más que real, pero con una calle tipo set de tv para satisfacer al turista. Opinión que se puede extender para ciudades como El Calafate o Ushuaia


Y no digo que sea malo. Más bien diría que es bastante inteligente y vendedor, por lo menos mucho más que la presentación de varias de nuestras ciudades y pueblos, donde el plano regulador parece q obliga combinar latón, con rosado, amarillo, latón, verde agua, madera, latón, concreto sin pintar, latón, blanco, rosado, madera con pintura descascarada, latón... etc, etc, etc...

domingo, 15 de marzo de 2009

Amigos pingüis

Hoy salió publicado el artículo sobre Isla Magdalena en la revista de Viajes.
Txt y fotos son míos, excepto la introducción porque me la encontraron fome. Lo desteñido de las fotos es culpa del papel y/o de los diseñadores.
Todos los pingüinos fueron fotografiados con su consentimiento. En el caso de los menores de edad, el permiso fue otorgado por sus padres.
Agradecimientos a www.soloexpediciones.com y www.waiapatagonia.com por llevarme.
Agradecimiento doble a mareamim porque aprobé con honores una de las navegaciones que nos tocó con vientos de 80 km/hr
Este es un lugar que HAY que conocer.

viernes, 27 de febrero de 2009

Ídolas

4 personajes que se han convertido en una verdadera inspiración para trabajar en lo mío. Valientes, soñadoras, pioneras, aventureras y amantes de la naturaleza.


“¡Patagonia! ¿Quién pensaría jamás en ir a un lugar así? ¡Serás devorada por los caníbales! ¿Por qué razón escoge un lugar tan apartado del mundo para ir? ¿Cuál puede ser el atractivo? (...) Oí estas y otras preguntas y exclamaciones de los labios de mis amigos y conocidos cuando les conté de mi intención de viajar a la Patagonia, la Tierra de los Gigantes. (...) ¿Cuál era la atracción de ir a un lugar tan apartado y a tantas millas de distancia? La respuesta estaba implícita en sus propias palabras. Lo escogí precisamente porque era un lugar exótico y lejano”. Extracto libro A través de la Patagonia, Florence Dixie, 1879. Realiza el primer viaje de turismo en la Patagonia.


“Habrá quienes piensen que hice un viaje tan largo por vanidad. Lo único que puedo decir es que el que así lo entienda debería emprender una aventura como la mía para convencerse de que nada, salvo un interés natural por viajar y un deseo irrefrenable por adquirir nuevos conocimientos, podría ayudar a una persona a superar las dificultades, privaciones y peligros a los que he estado expuesta”. Ida Pfeiffer, 1849. Trotamundo.


“It can be exhausting climbing high, far and fast. Around 3 pm you feel very weary because of spending a lot of the day on your tummy, crawling, with vines catching your hair. Living under the skies, the forest is for me a temple, a cathedral made of tree canopies and dancing light, especially when it's raining and quiet. That's heaven on earth for me. I can't imagine going through life without being tuned into the mystical side of nature. People are too busy nowaday”. Jane Goodall, naturalista y primatóloga.


“Closely connected to wildlife conservation is the social, economic and educational state of the communities that live alongside them. I believe that local people are the best potential ambassadors for wildlife”. Saba Douglas Hamilton. Naturalista y presentadora de televisión (Animal Planet, Discovery)

martes, 10 de febrero de 2009

:)

viernes, 6 de febrero de 2009

I love Torres del Paine

He ido varias veces al paine. Con mochila al hombro, como cuica en una hostería ídem, en auto, en pleno verano, en primavera. Lo he visto nevado y completamente despejado. A veces he tiritado de frío, otras he tenido que meterme en calzones y polera a uno de sus lagos.
La verdad es que soy harto injusta, porque cada vez que pienso en el parque desde lejos lo detesto por la cantidad de gente, pero cada vez que regreso vuelvo a amarlo. Y es que es innegable... el Parque es más que precioso!! la estepa, los bosques, las lagunas, la fauna, la montaña, los amaneceres.

Y en este viaje me enamoré muchísimo más. Fue un viaje distinto. Me invitó Luis Bertea para hacer el libro que conmemora los 50 años desde la creación del Parque. (Libro que encargó Conaf). La tarea en el Parque era entrevistar a los guardaparques más antiguos, sacarle historias, anécdotas, vivencias, datos. La tarea continuó en natales, punta arenas y seguirá en santiago.

Y siento que esta vez me voy mucho más enamorada del Parque, porque también conocí SU historia desde la gente. ¡¡Y puchas que hay buenas historias!! Ahora viene jornada maratónica para escribir todo lo que vi y escuché. Y en marzo ya se viene el libro!!

Este es uno de los amaneceres que tuve el privilegio de ver

martes, 13 de enero de 2009

¡¡Tonina a la vista!!

“Las toninas no quieren a la pfeiffer”, dice Felipe. Uno de los hijos de mis queridos anfitriones del Fundo los Leones (y a estas alturas hermano, xq ya soy hija adoptiva de la familia).
Cuento corto, ayer realmente las toninas no me querían. Apenas pude tomar unas fotos de aletas -que podrían pasar por tiburón o cualquier otra cosa- y el único resultado concreto fue muuucho mareo de tierra tanto mirar por el visor de mi cámara.
Hoy decidimos hacer un nuevo intento. Y definitivamente hoy me subí con más fe a la lancha.
Bastaron un par de minutos para que comenzara el espectáculo. Una, dos, tres, cuatro toninas. Un par de saltos a lo lejos. Más toninas por allá. Un salto más cercano. Dos haciendo piruetas al mismo tiempo. Yo enajenada con mi cámara. Debo haber disparado unas 100 veces. Más saltos y más cercanos. Una da 14 saltos seguidos. Otra se da un guatazo con tantas ganas frente a mí que me moja entera, incluyendo mi cámara.
Todos nos reímos. Yo sigo fotografiando con una gran sonrisa en la cara. ¿Total? No todos los días te tira agua un delfín.

jueves, 8 de enero de 2009

Desde Raúl Marín Balmaceda 1

Mi imagen el martes en la barcaza “Don Baldo” era bastante chistosa. Estaba sentada en el suelo con mi ropa de trekking, pañuelo en la cabeza, audífonos de los grandes, patita moviéndose al ritmo de mi música y con cara de chiste mientras escribía en una libreta. Justamente escribía para este blog, contando las penurias de mártir que estaba pasando y lo duro que es ser un periodista de viajes (o travel writer como se define mi amiga carolyn que escribe en lonely planet). El martes lo estaba pasando mal. ¿Y cómo no? Si me demoré exactamente 24 horas en llegar a Raúl Marín Balmaceda (XI región) desde mi casa y no dormí casi nada en dos noches seguidas. La barcaza definitivamente no fue mi amiga. 2 horas esperando que apareciera. 2 horas más para que zarpara. 10 horas de viaje donde fue imposible dormir gracias a los malos asientos, la luz que no la apagaron nunca y a las 5 películas que pusieron con full volumen. Por suerte no me marié!!! Venían hartos como piojos.

Pero a las 6 AM arribé a esta isla. Mis queridos anfitriones, el Mauro y la Mery, me estaban esperando con su buen humor y cariño de siempre. Desayunamos pan casero, conversamos un buen rato y después me dieron mi habitación. ¡Es como mi casa soñada! mucha madera, decoración sencilla, una chimenea, una vista increíble y con el sonido de las bandurrias de fondo.

Así que en apenas 1 minuto olvidé las 24 horas anteriores. ¡Da lo mismo! Fue un martirio, es más que cierto, pero estar aquí es un regalo. Esto no es martirio, es mi bendito periodismo.

Mi pieza y el atardecer que vi desde mi cama.