
Quedan 10 minutos para las 14 hrs y recorremos rápidamente las últimas curvas del camino para alcanzar nuestro turno. Cada 1 hora sale puntualmente un nuevo grupo guiado para poder ver la Cueva de las Manos, uno de los sitios de pinturas rupestres más importantes del mundo y que ostenta el título de Patrimonio Cultural de la Humanidad por la UNESCO.
Llegar no es nada fácil. Cientos de kilómetros de ripio, un pueblito nada de pintoresco llamado Perito Moreno (no confundir con el glaciar) y una pampa interminable son los únicos “hitos” que rodean este lugar. Pero entre un espectacular cañadón, los primeros hombres de estas tierras dejaron sus huellas impresas en la roca: pintaron manos, guanacos, escenas de cacería y figuras; arte que el hombre fue complejizando con el pasar de los años (milenios) desde figuras intentando emular la realidad, hasta llegar a lo abstracto.
El lugar ya sorprende por la belleza del paisaje y por las pinturas, pero realmente asombra lo bien conservado que está. Obviamente no es azaroso y las visitas guiadas, rejas y sensores de movimiento lo demuestran. El Patrimonio hay que cuidarlo y una vez más los argentinos nos dan una lección de cómo se hace y cómo se puede desarrollar el turismo.
Un imperdible más de la Patagonia.