jueves, 14 de mayo de 2009

Ouro Preto


Hace exactamente un año fui por primera vez a Brasil. ¿Playas? ¿selva? ¿carnaval? ¿garotiños mostrando sus musculiños en la areneciña? ¡NO! La revista me estaba mandando a Minas Gerais. Aterrorizada por mi profunda ignorancia rápidamente comencé a leer donde estaba y de qué se trataba este lugar que nunca había escuchado en mi vida. Ahí me enteré que estaba en el interior del país (adiós traje de baño) y que era archi famoso por sus ciudades Patrimonio de la Humanidad.

Me puse la vacuna contra la fiebre amarilla y partí cámara en mano a recorrer estas ciudades coloniales, que en su tiempo estuvieron llenas de fama y riquezas gracias al oro, diamantes y piedras preciosas.

Los primeros días de viaje no tuvieron nada que ver con la historia colonial, sino con ecoturismo, algunas haciendas, un festival de comida, museos de arte contemporáneo, obras arquitectónicas de Niemeyer, cachaça, tabaco y demasiada cerveza.

Recién el último día fuimos a Ouro Preto, una de estas famosas ciudades Patrimonio de la Humanidad. Para poder graficar lo linda que es esta ciudad, voy a confesar que en mi caso fue un verdadero levanta muerto. Lo disfruté a mil e incluso me animé a fotografiar cada rincón, a pesar de andar con la peor resaca de toda mi vida (una vil consecuencia de las infinitas saideria* tras saideira de la noche anterior).

Cuando vi esta ciudad, por fin ese título UNESCO con nombre tan solemne me hizo sentido. Calles empedradas, fachadas perfectas, bossa nova, artistas pintando al óleo, iglesias suntuosas y tiendas acogedoras. La inversión en recursos se nota que ha sido de lo más cuantiosa, pero no sólo eso, es una ciudad bien cuidada, donde se han asegurado de no poner en riesgo su integridad y su estilo (ojo con Valparaíso, su proyecto de mall, su olor a pipí y sus fachadas cayéndose a pedazos!!).

Definitivamente ha sido el mejor destino citadino en que he estado. Y creo que no podría haber tenido mejor suerte en mi primera visita a ese enorme mundo llamado Brasil.


*Así le dicen al último copete de la noche.

1 comentario:

  1. Evelyn!!!!
    A mi me encanta muchisimo, leer tus palabras tan lindas sobre tu primera venida al Brasil!!! Primero porque es fruto de mi trabajo, segundo porque tuve el placer de conocerte a ti y a los demás queridos colegas periodistas, además de acompañarlos a todos (incluso nuestro Natividad, el grande!) en ese viaje tan especial!!!
    Me quedo muy contenta con eses registros!
    Besos.
    Sara

    ResponderEliminar