Archipiélagos de la Patagonia (parte 2)

Era el viaje de turismo inaugural de la Petrel IV y la ansiedad se sentía en el aire. El día estaba nublado, con chubascos y viento de unos 40 km/hr pero decidimos hacer el viaje de todas formas. A bordo iba tripulación, Alipio Vera con su camarógrafo, 15 turistas improvisados (chicos de la U del Pacífico que andaba haciendo misiones + un cura) y yo.

Mareamim, cámara, chaleco salvavidas y a navegar! El mar estaba un poco picado, pero la Petrel IV es tremenda embarcación y se portó de maravillas. Llevábamos apenas una hora de navegación cuando vimos el primer soplo de una ballena en el horizonte seguido de gritos de alegría de nuestros turistas.

Eran ballenas azules. Las gigantes del mar. El animal más grande que vive y ha vivido en este Planeta. No se caracteriza por ser ni amistosa, ni mostrarse demasiado, es casi imposible de fotografiar, pero vimos 7 ballenas azules y algunas de ellas a escasos metros de la embarcación. Las sentimos respirar y las vimos aparecer y desaparecer cientos de veces en las aguas del Corcovado.

Los chicos no paraban de llamar: “¡vieja estoy viendo ballenas azules!”, “¿A qué no adivinas dónde estamos? ¡Estamos viendo ballenas!”, “¡Estamos viendo ballenas! ¡Te lo perdiste hueón!”

Ya no quedaba ningún rastro de ansiedad y ahora sólo se sentía en el aire emoción y asombro. “Este ha sido el sueño de toda mi vida y ahora lo estamos haciendo realidad”, me dice Genaro, Melinkano de nacimiento, que partió como pescador artesanal, buzo mariscador y ahora es el gestor de este proyecto turístico que quiere tirar a Melinka pa’arriba.

Este es el sitio de ellos www.archipielagosdelapatagonia.cl y espero regresar cuando tengamos mejor tiempo para sacar buenas fotos.