domingo, 21 de diciembre de 2008

5 días de caminata por el castillo de roca y hielo


Así titulé el tema sobre la Reserva Nacional Cerro Castillo. Aún no sé cuándo se publica, ni mucho menos si respetarán el nombre. Siempre ocurre eso. Entrego un tema y tengo que esperar a que salga publicado para ver cómo nació mi nuevo hijo. Ojalá lo respeten porque a este retoño le agarré mucho cariño.

Ojalá pudiera publicar los 13.000 caracteres originales que escribí de este viaje, porque realmente fue espectacular, pero sé que no se puede. “Es un tema muy de nichos”, me dijo el editor. ¡Claro! el cuento del turismo tortura, que esto es para gringos, etc, etc, etc.

Quizás cuando ya salga a la luz, publique acá la versión original.

Acá algunos párrafos de adelanto:

* -¿Y habías hecho algo así?– Me pregunta uno de los guías.
-Una vez hice la “W”.
-Mmm, bueno, te vas a dar cuenta que eso es casi un camino asfaltado al lado de esto.
-¿Y eso es bueno o malo?
-Depende de lo que te guste. ¡Para mí esto es mucho más increíble!
Y no era broma. No tanto por el nivel de dificultad, sino porque acá la falta de senderos, pasarelas, puentes y buenos camping, hacen todo un poco más complejo para recorrer los 45 kilómetros de este trekking.

* “Que calor que hace che”, me dice uno de los porteadores que me adelanta con paso firme. Lo de hoy es tan inusual que cuesta imaginar la ruta con el clima típicamente patagónico de frío, viento y lluvia.

*Más allá nos tienen preparada nuestra primera sorpresa. Algunos guías se habían adelantado para esperarnos con una mesa repleta de quesos, jamón de distintos tipos, salame, galletas y jugo. Almuerzo que también nos acompañará los siguientes días. “Esto es como en las maratones, pero con quesos”, dice uno de los expedicionarios sonriendo.

*Ahí nos encontramos con el mejor premio del día: una vista increíble del lago entre montañas y bosques, 3 huemules que nos observan a lo lejos y un cóndor planeando casi a la altura de nuestras cabezas. El cansancio, el calor, los pies mojados por el cruce del río. ¡Todo da lo mismo al estar ahí!

*Parte del grupo se adelanta, pero el resto seguimos caminando a paso lento. El ánimo está intacto, pero las ampollas impiden caminar más rápido y las buenas conversaciones tampoco nos apuran.

*Yo subo muy concentrada por la nieve blanda, siempre tratando de pisar por las huellas que van dejando mis compañeros. El grupo se me escapa cada vez que me detengo para tomar una foto, pero decido no apurarme y sólo me concentro en dar pasos firmes para no resbalar y me dedico a disfrutar el increíble paisaje que me rodea en los 360°, que incluye varios glaciares colgantes.

*A las 4:55 AM suena la alarma de mi reloj. Me levanto rápidamente y salgo de la carpa para ver el amanecer. Es demasiado temprano. En el cielo aún hay algunas estrellas, pero no doy pie atrás y decido caminar y esperar la luz. Recién una hora más tarde comienza el espectáculo de montañas rojizas. La luz perfecta sólo dura unos 15 minutos que aprovecho con por lo menos unos 100 disparos con mi cámara. Después decido regresar al campamento, donde ya están calentando agua para el mate. *Esta vista nos parece el clímax de todo el recorrido, pero avanzamos otro poco y quedamos con una vista aún más espectacular. De un lado tenemos este enorme castillo de roca y hielo. Del otro lado el valle del río Ibáñez, el San Valentín –la montaña más alta de la Patagonia– y muy a lo lejos el lago General Carrera.

2 comentarios:

  1. Hello Evelyn! I love your pictures!
    I have some pictures of my travels to Peru on facebook but you can also check out my blog at http://beapbeap.blogspot.com

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  2. Hola, deseo consultarte ¿en cuánto tiempo crees que se podría hacer ese trayecto corriendo?.
    Felicitaciones por tranquear en mi tierra.
    Rodrigo

    mitierrapatagonia@gmail.com

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